Resumen:
Las investigaciones realizadas en las décadas de 1970 y 1980 demuestran
que, en el entonces vigente sistema procesal penal inquisitivo, la prisión preventiva
se convirtió en un instrumento central en la lucha contra la criminalidad. Como
resultado, la sentencia definitiva —es decir, la condena— pasó a un segundo plano,
lo que generó serias dudas sobre el respeto a los principios del Estado de derecho
y la protección de los derechos fundamentales.